domingo, 30 de mayo de 2010

La Felicidad

Tarareo una canción de Marvin Gaye que no me pega estar tarareando, pero.

"What's going on?" se preguntaba el hombre, y sus chicas le repetían la misma pregunta en el chorus.

Yo llevo preguntándome esa vaina más de un año, aunque tal vez ahora, acomodada en las no-respuestas, me replantee la pregunta y descubra que lo que está pasando es el principio de.

¿Será que la Felicidad puede ser más que momentos puntuales? 

¿Será que uno realmente se alegraría por la Felicidad ajena, más bien, del ajeno?

¿Será que uno realmente es feliz? ¿ o tal vez, quiere ser tan feliz? o más bien ¿así de feliz? ¿será que ése tiene que ser el auténtico concepto de Felicidad?

¿Qué está pasando?, nos preguntamos muchos, y puede que no sea precisamente éso que ansiamos tanto.


Mi momento de Felicidad de hoy

lunes, 24 de mayo de 2010

Agosto

Desde mis nuevas ventanas y tirada en mi sofá veré el tejadito de la corrala de geranios rojos, los vencejos cuando se ponga el sol y el cielo de Madrid sobre el centro. Escucharé de lejos a los vecinos batiendo huevos para las tortillas de patata, a los hippies del solar QUE ES UNA PLAZA, y las sirenas subiendo Atocha


En mi "nidito de amor" entra la luz a raudales...



jueves, 20 de mayo de 2010

1984

Al hilo de la noticia de la estrella que se traga un planeta recordé los primeros 80. Yo era una niña friki o freak o como se escriba. Jugaba sola a historias que, cuando nació Nicolás, me prometí escribir en formato cuentos y todavía no. Jugaba a casas voladoras, coches para recorrer el mundo con todos mis trastos y muñecas encima, negocios con socios de Marte (Vladimir, mi amigo imaginario), casas escondidas en montañas, inaccesibles y en aquellos tiempos no había GPS. Me tragaba Zafiro y Acero con mi mamá, Cosmos con mi papá y además quería ser astrónoma.

Me apuntaron a un curso en el planetario de Medellín y aprendí a mirar el cielo. En 1984 me enseñaron a orientarme mirando estrellas y desde aquel año en adelante las estrellas ya no han vuelto a ser puntos sueltos en el cielo.

Me acuerdo de ver salir Escorpión detrás del Morro de los Chivos. Me acuerdo que me encantaba ese dibujo enooooorme, la constelación más grande del zodíaco, y cómo lo formaba con mis ojos, igual que Orión y más allá Tauro y las Siete Cabritas perfectamente distinguibles, la M de Casiopea, y Ursa (como el lubricante de Texaco, también me molaban los camiones y las plataformas petroleras, una es así), Aldebarán y las demás de las que he ido olvidando el nombre.

Me encantaba tumbarme en la piel de vaca marrón sobre la hierba, con mi "ruana de peces" y flipar sin saber que flipaba con la sensación de movimiento del cielo. Hoy me he preguntado cómo será estar dentro del Wasp-12b y pasar un año que dura un día, ¿cómo se despeinará uno a esa velocidad? ¿se le pondrá la cara como cuando les ponen cámaras a los corredores de fórmula 1 sin casco y se ven desfigurados? O será que el tiempo dentro del planeta se "vive" de otra manera a pesar del calor.... El tiempo y lo relativo. La gravedad y lo relativo. ¿Y qué pasará cuando lo trague? Ahora de repente asocio ideas con Love of Lesbian y la Niña Imantada... ("he caído sin remedio en tu gravedad") y si me permiten, se me va más la o y relaciono lo uno con lo otro y esas sensación de cuerpo-ajeno-en-la-cama y uno que se rueda, y los colchones de otras épocas, y aquello de la convivencia, en fin.

Poco antes de venir al Primer Mundo pospuse por razones obvias y de adolescente (los hombrees ejloquetienen, y las matemáticas) esa locura de querer ser astrónoma, y cuando llegué descubrí que la M de Casiopea se había vuelto una W. Si hubiera llegado a soltar algo tan pedante como que de repente estaba siendo conciente de la redondez de la tierra y de que estaba muy arriba del hemisferio norte, mis recién conocidos primos me habrían echado de la familia. Y así se fue diluyendo el tema.


Stars Bursting to Life in the Chaotic Carina Nebula
Por pedir, quiero un Hubble en casa.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Ocho

Este es noveno post del cardhu sin h. Cuando termine de escribirlo buscaré el último de Yo la tengo y me daré un respiro, consejo desde las aceras barcelonesas para un ángel que se bajó de las Vans y todavía conserva la gabardina roja.

Alguien me dijo un día que yo era de ese tipo de gente que le gustaba ajustar cuentas con el tiempo, eso de hacer justicia, de poner las cositas en su sitio y como quien dice con acento de Medellín "cuidadito conmigo". En Pamplona había una pintada debajo del puente de esquíroz que decía "Cuidadito muchacha que voy", y me gustaba.
Suelo imaginarme, como ahora mismo, ese momento de furia rodeada de luz enre dorada y blanca mucho rollo reiki, Pi, soberana soberbia, señalando uno a uno:

- Tú, cabrón, a mí nadie me amenaza.
- Tú, hijo de la gran puta, a mí nadie me roba.
-Tú, grandísimo gilipollas, a mí nadie me hace la cama.
-Tú, imbécil, de mí nadie se ríe.
- Tú, a mí nadie me dice si todavía me queda antes de llegar a los ansiolíticos.
- Tú...

Y entonces todos, uno a uno, irán cayendo bajo el rayo naranja que sacaré de mi dedo índice y los fulminaré como si nada.
Mi furia en época de la Hiluxión mataba culebras sin perdón y me imaginaba cómo quedaban sus trocitos entre las ruedas del todoterreno. Que ya no sea la que fui no quiere decir que no tenga la misma furia. Si no mato culebras es porque no quiero que llegue algún trocito a mi garaje.
Dijo la Santa y hay que joderse que sea de Ávila, ¿tierra de qué, me dijo un lugareño un día? "aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera". Yo también me sacudiré las chanclas.
Un ocho.




La vida y lo aleatorio es así, la primera canción que escucho de Yo la tengo se llama ¿a mi manera? y me serena en la furia. Qué grande eres tú.

martes, 18 de mayo de 2010

y eso

Haciendo cálculos habían pasado ya cerca de dos años desde que se había ido. Así como si nada se puso a pensar en el paso del tiempo y pfff, era demasiado. Las estaciones es lo que tienen. Que uno se levanta un día de primavera y ha llovido y no hace frío y sin embargo una siente en el estómago y en la boca la náusea de los dos embarazos en otoño. Es fácil hacer viajes en el tiempo con el estómago. Yo nunca me he subido en una montaña rusa sigo con las ganas del parapente, pero supongo que el hueco en el estómago de un salto al vacío no es tan asqueroso como el de "sentirse habitada". Náusea. La Nausea de Sartre (¿era de sartre?) es uno de mis libros favoritos que si lo leyera ahora no sería tan favorito. El HOmbre de Marte escribe sobre el tiempo y todavía no he leído su post y tal vez estemos tirando del famoso hilo, Barcelona- Ávila, del dedo gordo del pie. Tal vez. El tiempo. El del reloj.
Haciendo cálculos ya habian pasado cerca de dos años y empezaba a necesitar, ya no sólo echar de menos, los lilium en la mesa de iroco. Y el orden en la vida, las ganas, las carreteras, los paisajes. Y Madrid. Madrid era volver a casa. Los vencejos de Ávila no suenan igual. Aquí hace frío y ellos lo saben. Echaba de menos los balcones de la calle Olmo, las ventanas de Felipe III, las de La Bolsa 10. Echaba de menos los cafecitos en San Miguel y los meones del Aventura. Y caminar sin que se acabe la calle.
Dos años hace que se fue y no sabía dónde se había metido que ya no recordaba el horario de las series. Se preguntaba qué había pasado, en dónde se había metido tantos días. Y dónde se había metido aquella época de transición, cuando ocupaba las noches, y salía al patio y construía pérgolas que salían volando. Se había perdido en el camino. Pero estaba volviendo. Qué cosa cómo se me va la o.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Quiero una

Un día de especial desazón para la madre, Nicolás se subió al coche y, en lugar de saludar, dijo:

-Mamá.
-Qué.
- ¿Qué pasa si te pinchas un ojo con una aguja? ¿Te mueres?
- No Nicolás, te quedas sin ojo. Ay, no hables de eso que me da grima.
- A mí también. Mamá
-Queee
- Jo, quiero inventarme una maquinita para quitarme esas imaginaciones. Sería una especie de auriculares, como ventositas que te pones así, con una pantallita por donde pasan las imágenes como en el Iphone, por ejemplo: una con un ojo y con una aguja, sin pinchar, eh? separados, y entonces dice: Borrar esta imaginación, o cancelar. Le das a borrar, te sale ok y ya. Pfff, me encantaría mamá.

martes, 11 de mayo de 2010

Lost in Los Carabanchelitos

Elías es un tipo duro, o soso, de esos que no dan conversación. Y nosotros, con la cámara en el bolsillo, las preguntas en la punta de la lengua, y la emoción a flor de piel: después de dos horas dando vueltas por la A42 y la M45 teníamos delante, por fin, De Blas, el Rey de la Chatarra.

- ¿Pero al final estamos en Leganés?.... preguntó Fantástico después de comer un kebab en el Bulevar de Getafe, sí, como el Ávila, y aun más decadente, si cabe.
- Yo creo que sí - le respondió La Cardhu más desconcentrada que nunca para leer planos, y mapas, y sí, es verdad que todo habría sido perfecto si Tom Tom, pero no habría sido tan emocionante entonces cruzarse a las 3 y media con un muchacho de mirada altiva y gafas de aviador-que-no-vuela por una escalera mecánica apagada, para volvérselo a encontrar, tres horas después esperando en un cruce de Gran Vía. No.
Las frases largas, y los días raros, los encuentros frikis, los "trabajos" para amigos... turismo periférico entre Villaverde y Orcasitas como en los viejos tiempos ... y obritas de teatro francés a la vuelta es lo que me susurran desde Madrid. Y me seduce tanto...


Sí sí

domingo, 9 de mayo de 2010

collage de domingo mañanero










"Hey baby
What is love?
It was just a game
We're both playing and we can't get enough of"

martes, 4 de mayo de 2010

...



Un par de horas después, la hermana me retó gritando: "¡Me tratas como una madrastra!, como la madrastra de Cenicienta!", y yo... ya no sé qué decir... o pensar... qué difícil es ésto.

domingo, 2 de mayo de 2010

Efecto boomerang

Canta Fever Ray algo así como que cuando sea grande le gustaría lanzar un boomerang y quedarse como una pendeja esperando a que vuelva a ella. Eso me pasa a mí.

El verano pasado recibí un par de cartas, escritas con boli, con sello y coordenadas que no IPs, con pegatina incluso, sacada de Google Earth, por si el cartero se despistaba o el despistado era el remitente que no había pillado bien la dirección. Eran cartas con olor a papel y a casa lejana. Una de ellas traía una hoja de cuaderno amarillenta y tres imanes de nevera que decían:

1. poesía
2. de
3. frigorífico

Ahí sigue la poesía que no inspiré. Con el autor conversábamos durante horas y nos imaginábamos un hilo que nos unía por el dedo gordo del pie y planos de niditos de amor para disfrutar en invierno, en Gredos, y micromundos, y golondrinas o vencejos que salían en fotos rollito LOMO. Hablábamos de Midori, el verde y Murakami, pero se enamoró de otra, como suele ocurrir, y desapareció (llámame Pi, la Reina de la Transición, ya desarrollaré en su momento la teoría). No hubo dolor.

En estos días he vuelto a sentir un tirón del dedo gordo de mi pie y he descubierto esos juegos de lo aleatorio que tanto me gustan, que le quitan el polvo a las conexiones y las dejan brillantes y bonitas. Y he observado sus señales de vida que nada tienen que ver conmigo, pero que me emocionan. En fin. Será Noruega, será el frío, serán los vencejos, o Marte. Cada boomerang que se me va de las manos, vuelve, de aquella manera, pero vuelve.




sábado, 1 de mayo de 2010

Doble vida

"Eres la más pudorosa dentro de esta familia de impúdicos", me dijo mi cuñado cuando por fin acepté fumar un cigarrito de maría con él después de 15 años.
El exhibicionismo y el pudor. Depende con quién. Doble vida. Lo malo de haberle contado "al mundo" que no me gustaba el cardhu es que al final el "mundo" termina sabiendo demasiado de mi vida incluso si críptica. Y me aburro. Me autocensuro como si fuera a escribir irreverencias. Se extrañan de que no lo haga, más bien, pero no soy capaz.
"El mundo" me envía enlaces con pisos "ideales" para vivir con sus hijos en Madrid, y "el resto del mundo" hace comprensión de lectura sobre mis estados de ánimo, etc. De vez en cuando, pero lo hace, mientras otra parte del mundo me torra que me lea, como si aquello fuera literatura, como si no hubiera libertad de expresión... Y estoy hartita.
Me gusta contar mi vida, me gusta hacer el amor, incluso follar por follar, me gusta beber ginlemmon y mejor si es hendricks, me gusta el reggetón porque me pone como lo bailan aunque sea porno con ropa, me gusta el historial de mi ordenador y pienso en qué será de él si me pasara algo y lo descubrieran, me gusta fumar maría sólo con porque me. Y me gusta todo lo que he escrito hasta hoy, lo que ya se sabe que soy. Es asínnnnnn.