viernes, 20 de agosto de 2010

Desde el punto más alto de la montaña rusa se ve, a modo de collage

(las cosas son así cuando la velocidad es tanta y apenas da tiempo de), una foto del otoño del 2007 en Segovia, proyección sobre el acueducto, nos olvidamos de ese amor doloroso del puto verano, puto amor, no puto verano, y leemos ¿qué tal se constituyó la angustiosa?¿por qué escribirá el nihilismo?¿qué tal cojeará la metralla?¿se horripilaba?, nos reimos, amamos a Pauls, lo persigo, me invita a su Cardhu, amamos a Pauls, mientras a la derecha de los raíles se dejan ver no sé cuántos atardeceres naranjas y rosas y rojos, y amaneceres, y nieblas y nubes de la Pequeña Ciudad de Provincia, la Provincia, el País y las carreteras. A la derecha sólo carreteras: la Hija de Dios y el Depósito de Sementales, me gustas así, Mironcillo, a 20km por hora entre tus calles con boñigas y vacas, y entonces comienza la caída, y canta Montse, la asturiana, "se me hincha la blusa" y yo me agarro fuerte y pienso en mis orejas perpendiculares al aire, picassianas, se me ven, oh cielos, me caigo y mientras miro a la izquierda que pasa la Hiluxión con Braulio con alas blancas y tuerto, bello Braulio que me hace llorar junto a la cara mía más feliz y más joven, más inocente y sin crisis, los niños, lenguas de trato, los juguetes nuevos y el desorden que pasó por ciclos como atrrezzo de las fotografías, y los cafés, y los amigos, y se me saltan las lágrimas, es el aire, viene el loop, esta montaña rusa tiene uno espectacular que te pone el estómago de papada, es por eso que me veo gorda cuando me miro en el espejo y escucho una voz que me dice "me encantan tus curvas" y descubro además, en el bucle, entre el chirriar de mi carrito, el único ocupado y de colores, que veo demasiado a ese hombre, el de la voz, y que qué cosa las marcas que dejan los neumáticos de los frenazos en el asfalto, y que la conversación del otro día sobre los recuerdos de infancia concluía en que no recordábamos lo que pensábamos, y yo me callé, como me callo siempre que tengo que explicar que las vistas desde mi montaña rusa con loop a lo canción de Cerati tiene de fondo un pensamiento recurrente aquí aquí y aquí, en el momento de hacerle click a la nikon traicionera aquella tarde de diciembre en Madrid, en aquella barbacoa sola con mis amigos, y el pantano, en la carretera, en el horizonte, sola, siempre, en fin, aparece el pensamiento, las curvas y más, y pienso, cuando el pelo me va volviendo a mi sitio, cuando la fuerza centrífuga va dejando que la gravedad haga lo suyo y yo vaya dándome una tregua en el start,a 2km por hora, que uno no mide el alcance de generar tesoros, de llenarse de fotos que no cuentan nada y lo cuentan todo. Y así, serena, actualizo el Cardhu, aparco lo que no llega a ser una neura y me rindo a la huella de neumático que tengo en la cabeza, tal vez más adentro, mientras pienso en qué nombrecitos más jocosos le ponen a los grupos modernos. Sometimes.





miércoles, 11 de agosto de 2010

domingo, 8 de agosto de 2010

... And when our worlds they fall apart...

La mañana del 4 de agosto de 1994, Rut Irene se maquilló con lo último que le quedaba en su neceser, abrazó al Niño Jesús de porcelana de su abuela, se tumbó a ver la telenovela y se murió, de repente. Dieciséis años después, acordándome de mi otra tía difunta, vi cómo un camión verde se llevaba los muebles de mi casa en Ávila y cerraba un ciclo.
Hoy es domingo, es mi cuarta noche en Madrid y escucho llover sobre el tejado de las palomas voyeur. Jugando a las elipsis temporales me vuelvo a las vísperas de exámenes de química y siento en el estómago la angustia del que no ha estudiado.
Como viene siendo habitual este verano, enciendo una vela, esta vez de interior, esta vez sin música de fondo (sólo la lluvia, y la fiesta de Lavapiés, abstraigamos por favor) y sola. Llevo demasiados días acompañada. Además hoy, por razones obvias, no voy a ver satélites pasar.
Me gusta esta sensación extraña de haber vuelto a casa, de todo por delante y tanto todavía pendiente (sí, lo tuyo sigue pendiente, y lo suyo, y lo vuestro y lo nuestro), de los flecos sueltos, las sorpresas de las primeras noches, de los adioses y los hastaluego, y de la nevera vacía, el colchón en el suelo, los libros desordenados, y la música. Sobre todo la música. En mi casa de Madrid se escucha música cuando deja de llover.




(no entiendo porqué no se ve bien que es Halo, de Depeche Mode, hoy rollo vintage adolescente)

lunes, 2 de agosto de 2010

La muralla verde (o cómo es la misma vaina a los 14 que a los 36)



"Estoy parado sobre la muralla que divide
todo lo que fué de lo que será.
Estoy mirando cómo esas viejas ilusiones
pasando la muralla se hacen realidad.

Pero como el amor de ayer,
pero como el amor de ayer,
vuelve a desaparecer,
desaparecer...

Estoy parado sobre la muralla que divide
todo lo que amé de lo que amaré.
Estoy mirando cómo mis heridas se cerraron
y como se desangra un nuevo corazón.

Pero como el amor de ayer,
pero como el amor de ayer,
vuelve a desaparecer,
desaparecer...

Estoy parado sobre la muralla que divide
todo lo que fue de lo que será.
Estoy mirando cómo esa vieja psicodelia
estoy fijándome cómo viene y va.

Pero como el amor de ayer,
pero como el amor de ayer,
vuelve a desaparecer,
desaparecer..."



Dicen los Enanitos Verdes en esta canción...